¿Tendré que hacerme un lifting facial en el futuro?
La respuesta puede depender de cómo trates tu piel ahora, de los buenos o malos hábitos en los que no habías pensado hasta ahora. Los trucos para cuidar la piel y mantenerla joven y saludable son útiles a cualquier edad.
Así que, tanto si tienes 22 como si tienes 82 años, atiende a estos doce consejos para evitar las arrugas:
• Elige unos buenos padres.
De acuerdo, no está a nuestro alcance controlar esta cuestión; sin embargo, debes admitir que como todo en nuestro organismo, la piel tiene un componente hereditario fundamental. Algunas personas son “por naturaleza” más resistentes a las arrugas. Pero que tus padres tengan una piel saludable y sin arrugas no garantiza que la situación se repita en tu caso. Así que, por lo menos, atiende a los otros 11 consejos.
• Protege tu piel de la radiación ultravioleta (UV),
que es dañina para la piel. Demasiado sol acelerará el proceso de envejecimiento cutáneo y la aparición de las arrugas, uno de sus principales estigmas. Las cremas con filtro solar están recomendadas para la óptima protección de tu cara. Y si procede utiliza gafas solares, un sombrero de ala o con visera, y una ropa que te proteja del sol.
• Evita los solariums artificiales.
No pienses que son más seguros que la exposición directa a la luz solar. Si deseas ese color de piel que te proporciona la exposición solar prueba con los bronceadores cosméticos o las cremas de auto-bronceado. Te verás muy bien y sin riesgos.
• Deja de fumar (naturalmente si fumas).
Este mal hábito no sólo afecta a tu corazón y pulmones, sino que las toxinas que contiene el humo de los cigarrillos también causan daños a tu piel. Diversos estudios han demostrado que la piel de los fumadores se arruga antes, y que son más propensos al cáncer de la piel.
• Evita los cambios rápidos de peso.
A pesar de que las dietas rápidas están de moda, debes saber que las personas que presentan cambios drásticos de peso (con efecto “yo-yo”) están asimismo encogiendo y estirando su piel. A medida que envejecemos nuestra piel pierde su elasticidad, y no puede recuperar su tonicidad y vitalidad tras cada nuevo cambio.
• Bebe agua:
al menos dos litros cada día, especialmente fuera de las comidas. El cuerpo humano está compuesto de un 70% de agua, y la piel es nuestro órgano más grande....¡haz cuentas! El agua es vital para mantener tu cuerpo y naturalmente tu piel adecuadamente hidratados. Además beber mucho te asegura la adecuada eliminación de las indeseables toxinas. Sin la cantidad de agua suficiente, tu piel se deshidratará, con un efecto parecido al de una uva cuando se convierte en una pasa por faltarle su base líquida.
• Come bien:
una alimentación rica, variada y equilibrada es buena para todo tu organismo. Básicamente come hidratos de carbono por la mañana y al mediodía (son la fuente de la energía que necesitas para funcionar); y proteínas por la noche (para reconstruir las células y los órganos, incluida la piel, que desgastas durante el día).
• Utiliza lentes correctoras si las necesitas;
cuando sea preciso utiliza gafas de sol. Evitarás ciertas expresiones faciales compensatorias o protectoras, sobre todo perioculares, que son causa de arrugas. La piel de alrededor de los ojos es extremadamente delgada y frágil, y es aquí precisamente donde suelen aparecer las primeras arrugas faciales como consecuencia de las contracciones musculares repetitivas. Además las gafas de sol protegen a las regiones perioculares de la radiación ultravioleta.
• Duerme sobre la espalda;
si no es tu posición habitual, al menos inténtalo incorporando discretamente el colchón. Posiblemente no habías pensado al respecto, pero las personas que duermen de lado suelen despertar con líneas y marcas sobre la piel. Con el tiempo, por el traumatismo continuado, éstas pueden convertirse en permanentes.
• Evita estresarte.
Seguramente este consejo puede resultar el más difícil de respetar (naturalmente después del que se refería a “escoger a tus padres”), pero es un hecho muy conocido que el estrés causa un gran número de problemas a la piel. Es muy habitual que las personas frunzamos el ceño, apretemos las mandíbulas y hagamos muecas sin realmente darnos cuenta. Esfuérzate conscientemente en relajar los músculos faciales.
• Utiliza los dermocosméticos adecuados que los profesionales te indicarán.
Fundamentalmente la piel necesita limpieza, hidratación, nutrición y protección; pero no descuides la calidad y la forma de utilizar la cosmética decorativa.
• Consulta periódicamente a tu médico, el especialista en Medicina Cosmética y Estética. El establecerá los oportunos programas terapéuticos preventivos, restitutivos (para restablecer la normalidad y el equilibrio de las funciones biológicas) y, si fuera preciso, correctivos.