lunes, 31 de marzo de 2008

Cirugia cosmetica Laser

Un arma de alta Tecnología en la lucha contra el envejecimiento de la piel
United States Food and Drug Administration. FDA Consumer Magazine.
Artículo por Alexandra Greely.


Vaporización
Durante estos últimos años, los láseres han mostrado una imagen rayana en la ficción, llegando a ser una de las armas más prometedoras en manos del cirujano y del dermatólogo para el tratamiento del envejecimiento de la piel.
Según la American Academy of Cosmetic Surgery en Chicago, unos 170.000 americanos, hombres y mujeres, se sometieron en 1998 a láser resurfacing facial, frente a 138.891 en 1996; un incremento de un 64%. Esto significa casi dos veces el número de las intervenciones quirúrgicas faciales más tradicionales realizadas el mismo año.
El láser resurfacing consiste en realizar mediante láser una quemadura muy controlada, vaporizando las capas superficiales de la piel de la cara, y eliminando no sólo las arrugas producidas por el sol y la expresión facial sino también las cicatrices del acné, las arrugas y los surcos en torno a nariz y boca, así como las lesiones superficiales benignas e incluso precancerosas. En todos estos casos la técnica láser crea una superficie sobre la cual puede crecer una nueva capa de piel. Aunque la FDA no regula la actuación profesional de los cirujanos que emplean estas técnicas, es responsable del conocimiento de los láseres comercializados para las indicaciones establecidas por el fabricante.
Láseres en Cirugía Cosmética
Desde su descubrimiento en 1958, el láser ha llegado a ser una poderosa técnica industrial, pero sus aplicaciones en medicina también han sido totalmente revolucionarias. Esto se explica (indica Richard Felten, del Centro de la FDA para Instrumentación y Salud Radiológica) porque los láseres usados como instrumentación quirúrgica pueden cortar los tejidos sin producir excesiva hemorragia. De hecho, los láseres pueden coagular tejidos y producir hemostasia, "algo que un bisturí no puede hacer", según Felten.
Otra ventaja es que en muchas intervenciones los cirujanos pueden dirigir el haz de emisión láser y actuar sobre determinadas zonas más fácilmente que utilizando un bisturí. Finalmente, la elección de láseres de una determinada longitud de onda permite a los cirujanos utilizar selectivamente la más adecuada para cada tipo de tejido o lesión, hemangiomas o folículos pilosebáceos, sin afectar el tejido vecino.
La utilización del láser para el resurfacing facial se descubrió por accidente; durante un tratamiento de cicatrices de acné mediante láser, los cirujanos comprobaron que tras el resurfacing, la piel en torno a las cicatrices hacía la cicatriz menos visible, de modo que las pequeñas arrugas adyacentes a la zona disminuían mucho. "El resurfacing es muy llamativo" dice Stephen Perkins, presidente de la Academia Americana de Cirugía Plástica y Reconstructiva y del Centro de Cirugía Plástica Meridian, de Indianapolis, "porque es un modo de conseguir una nueva capa de piel no dañada por el sol, y más juvenil".
El colágeno es la proteína fibrosa clave del tejido conectivo de la piel, y contribuye a proporcionar a la piel su textura. El envejecimiento natural, y factores tales como el daño solar y el fumar ayudan a romper la capa colágena de modo que en la piel, anteriormente lisa, aparecen arrugas. Ahora , tras el tratamiento láser, se forma colágeno más joven.

¿Conviene el Resurfacing?
No todo el mundo es candidato ideal para el láser resurfacing. Perkins explica: "ciertas personas con piel muy sensible no pueden tolerar las medicaciones y cosméticos empleados en la piel durante la curación". Perkins también indica que los grupos étnicos de piel más oscura no son candidatos, porque el tratamiento láser altera el color de la piel de modo demasiado dramático e impredecible. Por otra parte, se cree que en manos de un cirujano con experiencia, las personas con piel de tono oscuro, aunque no sean candidatos ideales, sí que pueden beneficiarse de la técnica. Alster previene que no es buen candidato al resurfacing quien no está mentalmente preparado para él, o quien espera resultados inmediatos. "No es una cirugía ambulatoria fácil" dice, los pacientes potenciales deben saber que tendrán un postoperatorio difícil y que deberán permanecer en casa de siete a diez días. Además, no deben esperar que después de la intervención tendrán una piel sin imperfecciones. "Yo no puedo prometer -indica- proporcionar una piel sin arrugas, sin cicatrices". Sin embargo, los pacientes sí pueden esperar alcanzar una mejoría del 50 %.
Hay que saber que hay que esperar al menos 10 días antes de aplicarse maquillaje. Para un tratamiento satisfactorio, esto significa seguir un riguroso tratamiento post-cirugía, incluyendo una adecuada limpieza de la piel, la aplicación de un lubricante dérmico.
Riesgos
Como en cualquier otro tratamiento médico, los pacientes pueden sufrir ciertas complicaciones -la mayoría pasajeras- como eritema prolongado, mayor sensibilidad en la zona, rubor súbito y cambios de pigmentación, en especial hiperpigmentación, indica el Dr. Rox Anderson , director del Centro Láser del Massachussetts General Hospital en Boston.
También, indica, hay otros riesgos que son más serios, y posiblemente permanentes, como la hipopigmentación: "en algún momento entre uno y dos años después del tratamiento se aprecia el aclaramiento permanente del color de la piel en la zona en que se realizó el tratamiento".
Por último, añade, en un 2 por ciento de los casos puede aparecer una cicatriz, debido a un inadecuado tratamiento postoperatorio, con la posible aparición de una infección. O también debido a que el cirujano ha profundizado demasiado durante el tratamiento, produciendo una lesión irreparable de la piel.
Como en el campo de la cirugía cosmética láser trabajan tanto médicos bien calificados como mal calificados, los usuarios pueden tener problemas. Dice Perkins: "de pronto aparece una gran utilización de láseres por personas no cualificadas, porque algunos fabricantes tienen un gran interés de vender sus productos y organizan estancias, reuniones o cursos de uno o dos días para su aprendizaje". Lo cual significa que tienen unidades láseres los odontólogos, los obstetras-ginecólogos y los médicos de familia, que ahora ofrecen realizar láser-cirugía.
"Quien desee hacer láser cirugía debe, primero, conocer las bases físicas de cómo la energía láser se absorbe por los tejidos, y cómo el tejido responde a esta absorción" indica Felten, de la FDA. "Después debe acudir a un Centro donde se realice cirugía láser, y observar cómo utiliza el equipo un cirujano experimentado". Además, indica Anderson, las personas que están en mejores condiciones para utilizar el láser en la piel son los profesionales que mejor conocen la piel y la cirugía cutánea, es decir, los dermatólogos y los cirujanos plásticos. "Algunos pueden elegir una unidad láser no conveniente, o un cirujano puede creer que "más es mejor", lo que puede conducir a producir una quemadura importante", y algunos operadores no saben que deben tener cuidado al quitar la piel parcialmente disecada o que deben controlar el movimiento de la mano que mantiene el puntal láser durante la operación.
Hasta la fecha no existe ninguna política nacional para dar alguna credencial a los que practican la cirugía láser. Felten dice que la FDA es responsable de conceder individualmente a cada fabricante el permiso de comercialización de sus láseres según sus indicaciones específicas. La FDA también recomienda la necesidad del aprendizaje para la utilización del láser.

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