La aplicación de la toxina botulínica tipo A, o Botox (nombre comercial), es ampliamente utilizado como antiarrugas, al paralizar los músculos responsables de la acentuación de líneas de expresión.
El Botox, al tener la propiedad de paralizar la musculatura, es eficaz para tratar trastornos originados por una excesiva contracción muscular. De esta forma, el Botox podría ser eficaz para tratar:
1) Síndrome del túnel carpiano, trastorno originado por la compresión del nervio mediano, y caracterizado por dolor y calambres en los dedos pulgar, índice y corazón, sobretodo por las noches. Un estudio reciente ha comprobado que la aplicación de Botox atenúa el síndrome del túnel carpiano.
2) Lumbalgia crónica. Al inyectar Botox en la musculatura lumbar, ésta se relaja, logrando aliviar el dolor lumbar.
3) Migrañas. Recientemente ha sido comprobado que la aplicación de Botox puede aliviar el dolor de cabeza causado por las migrañas.
4) Vaginismo, trastorno causado por una excesiva contracción de la musculatura vaginal, que genera dolor en la penetración, e incluso la hace imposible. La apliación de Botox relaja la musculatura vaginal, permitiendo la penetración sin dolor.
Así pues, el Botox, considerado un tratamiento de belleza, es algo más que eso. Sus aplicaciones clínicas son numerosas, siempre y cuando estén ejecutadas por profesionales.
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